jueves, 1 de diciembre de 2016

NOS CEGO LA LUZ...




Dónde se ha escondido ese calor que incendió nuestra imaginación.

Se apagó dejando en el colchón dos fantasmas presos de los días y el reloj.

Y se olvidó de tí, se olvidó de mí, se ha olvidado de los dos...

Se ha olvidado de las veces que juré, se ha olvidado que eras tú mi perdición, se ha olvidado y yo no sé por qué de que vuelen mariposas en la habitación...

He olvidado que la vida va pasando, he olvidado que tu tiempo y mis engaños se abrazaron una vez, he olvidado que al amor se le olvidó mentir.

Todo acabó deprisa, se congeló la brisa.

No dijo nada extraño, no quiso hacerme daño, pero el miedo pesa más que la razón.

Y yo, que soy un perro que no tiene dueño, me escapé, corrí como un niño pequeño, recordé que a veces el mundo va en serio.

Quisimos evitarlo, quizás disimularlo, éramos cobardes, solo dos cobardes.

Culpables e inocentes, de sueños diferentes, pero se perdonaban hasta la verdad.

Tú jamás pensaste que me lo dirías, pero yo dije más de lo que debía.

Nos cegó la luz de aquel último día. 



                                                                                                   

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