Si te dijera
que tiemblo algunas noches iluminadas por tu ausencia, que lucho a brazo
partido con tus besos y tus sonrisas, con tu piel y tu abrazo, para que la
cordura no se escape de mi lado.
Si te dijera
que sonrío recordando la solitaria independencia de tu piel, que sueño en el
afecto que se cuela en mis adentros, en mi mente y hasta en mi alma, para que
la intensidad de amar no desaparezca de mi vida.
Si te dijera
que el deseo de tenerte grita y exige infructuosamente encontrarte y en ocasiones
hasta el dolor se hace insoportable …
Si te dijera
que un beso, sólo uno, bastaría para calmar la ansiedad que me ahoga …
Si te dijera
que hay noches que no terminan nunca, porque su fin está junto a tu vientre y
nunca lo alcanzo …
Si te dijera
que hay días que el pulso se desboca porque necesitan el compás del tuyo y
nunca lo siento …
Si te dijera
que es mentira, que es un juego, que sacias mi necesidad y calmas tus vacíos, que
respiras mis alas y fundes mis hielos, mientras engullo tus pasionales deseos y
me enfundo los guantes dorados con que me pintas …
Que me robas
el amor que se me desparrama sin tener a quien amar, y tomo posesión del amor
que te hierve sin nadie vigilando para absorberlo, porque el hambre y el frío
azuzan el brillo de tus ojos en mi cabeza y el sabor de tus labios en los míos.
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