Quiero dedicar este escrito a nosotros que damos lo mejor
que podemos dar, nuestros sentimientos, nuestros sueños, y hasta
nuestros corazones…
Nosotros que en algún momento sentimos algo por alguien
distante o cercano, no importa, por eso a nosotros mismos, que al
menos sabemos que podemos sentir, que terminamos demostrándonos que nuestros
sentimientos están intactos.
Y sí, a nosotros mismos que somos lo mejor que
tenemos y lo brindamos así, sin más a quien lo pida, quizás porque también
necesitamos recibir.
A todos los que conocimos y olvidamos, a los que nos
conocieron y nos olvidaron, a los que recordamos y nos recuerdan, a los que
amamos y ya no, a los que aún nos hacen esbozar una sonrisa cuando vemos su Nick
aunque ya no hablemos con ellos.
A todo este mundo creado por nosotros mismos y del que
sin darnos cuenta ya no podemos escapar, ya no queremos escapar porque forma
parte de nosotros, porque lo necesitamos y nos necesita.
A toda esa gente que busca consuelo entre un teclado, que
espera escuchar lo que quiere escuchar, eso que nadie nos dice fuera de nuestro
momento virtual.
A los que se ilusionan y a los que se desilusionan, a los
que engañan y a los que son engañados.
A los miles de sueños que corren día a día por la red
haciéndonos únicos responsables de su éxito o fracaso.
A los que están solos, a los que se sienten solos y a los
que no.
A todos los buscadores con sus preguntas tipo… a los que
encuentran… y a los que no.
Por eso quiero dedicar este momento a nosotros mismos, a
mí, a ti, y darte las gracias por estar, quizás nunca sepa tu nombre, ni de
dónde eres, quizás nunca te vea, pero estás…
En definitiva eso es lo que importa.
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