Tu esencia culmina mis noches, flor de pétalos de alba clara
y templada.
Sombras tenues de un amanecer que da nueva luz a mis oscuros
días sin recuerdo.
Cerraste el ocaso de mi alma abriendo nuevas puertas al edén
perdido.
Desatas mis vínculos a lo meramente real, a lo terrenal y
cotidiano, destilándose mi imaginación al adentrarse en las horas nocturnas.
Me vistes de un sueño enmarcado en forja de plata vieja, enhebras las
palabras en hilos de magia perpetua.
Soy servidor de tu exceso tras invadirme tu serenidad en el
cariño, el tiempo ya no será nunca más ladrón de tu recuerdo.
Tus secretos serán mis verdades y tus deseos mi motivo,
desearé morir entre tus besos para
despertar después en tu abrazo.
Pendiente de esos labios estaré hasta que me anuncien el
deseo, hasta que en un momento eterno estrenen los míos.
Tus labios rasgaran mi dolor de manto negro, descubrirás lo
perpetuo para tus ojos, tus manos son ya mis flores más preciadas.
Tu cuerpo marca mi ritmo de sentir, de respirarte, de
amarte, tendrás con tus sonrisas la complicidad del anhelo de ti.
Soy amante que te vislumbra en cada sombra de una luna llena, alas de ilusión me das con
tus palabras creyéndome ya arcángel que velara por ti en las noches frías.
Alas que marcan mi estrecha unión con el suelo bajo mis pies,
alas que me llevan a tu planeta naranja
donde esperas fiel a que te abrace con ellas.
Despiertas el deseo de volar junto a ti al reino llamado
ilusión, el reino donde tú eres la esencia que viste de terciopelo los sueños.
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