Uno más entre un millón, uno más en la misma encrucijada, en la misma dirección, en la misma madrugada.
Solitario en el bar en busca de compañía explorando la ciudad palmo a palmo cada día.
Víctima del desamor doy vueltas en la noche hasta que vuelvo a casa donde espera un trago más y la misma habitación desordenada.
Se oye la misma canción, la función ha comenzado, empapado en alcohol y con perfume de tabaco.
Víctima del desamor, cliente de la noche, aparente alocado, sutileza de cajón, verbo fácil al fin y al cabo.
Un millón entre un millón, dos lenguajes diferentes con idéntico final, la misma historia de siempre, mañana ni me acordare de tu nombre.
Me dedique tan solo a perderte y no acepte momentos que se han ido para siempre, me dedique a no verte y me encerré en mi mundo sin que pudieras detenerme, me aleje mil veces y cuando regrese ya te había perdido para siempre.
Porque no te bese en el alma cuando aun podía?.
Porque no retuve el sabor de tus besos?.
Porque el olor de tu piel no impregno la mia?.
Porque no te abrace a la vida cuando la tenía sin darme cuenta cuando te dolía y sin pensar ni por un momento el daño que te hacía.
Victima del desamor las bocas enmudecen y alguien lanza una plegaria, después un trago más en la misma habitación desordenada...
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