La vida me
enseño que llegar alto no es crecer, que mirar no siempre es ver, ni que
escuchar es oír, ni lamentarse sentir,
ni acostumbrarse es querer…
En el camino
aprendí que estar solo no es soledad, que cobardía no es paz, ni ser feliz
sonreír y que peor que mentir es silenciar la verdad.
Me di cuenta
que un sueño de amor puede abrirse como una flor y como esa flor morir, pero en
su breve existir fue todo aroma y color.
También aprendí que ignorancia no es no saber,
ignorante es ese ser cuya arrogancia más vil es la de presumir y no querer
aprender.
Los años me
enseñaron que la humildad no es sumisión, la humildad es ese don que se suele
confundir no es lo mismo ser servil que ser un buen servidor.
La gente que
conozco me hace ver que la ternura no es doblez, ni vulgar la sencillez, ni lo solemne verdad,
vi al poderoso mortal y a idiotas con altivez.
Mi día a día
me dice que es mala la caridad del ser humano que da esperando recibir, pues no
hay defecto más ruin que presumir de bondad.
En ese largo
camino recorrido aprendí que en cuestión de conocer, de razonar y saber es
importante ser uno mismo.
Entendí
mucho más de lo que vi y de lo que me queda por ver.
Cuando el
dolor te agobie y no puedas sufrir tienes que descansar, pero nunca desistir.
Cuando todo
esté peor…Mas debemos insistir.
Lucha hasta
tu final, no te rindas jamás y cuando tus fuerzas estén al límite piensa que no
existe nadie mejor que tu, porque solo tú conoces tu limite.
Vuela y
sueña en tu cometa naranja y desde el serás invencible…
No hay comentarios:
Publicar un comentario